martes, 18 de marzo de 2014

Los Landmarks

INTRODUCCIÓN

En los tiempos antiguos, era la costumbre marcar los linderos de terrenos por medio de pilares de piedra, cuyo cambio, por gentes malignas, ocasionaban mucha confusión, pues los hombres no tenían otra guía que estos pilares por los cuales distinguían los límites de su propiedad. El cambiarlos, por lo mismo, era un acto considerado como el crimen más horrendo. “Tú no debes”, dice la Ley Judaica, “cambiar las señales de tu prójimo, las que el tiempo te ha dado en patrimonio”. Por consiguiente, esas señales singulares de distinción por las cuales estamos separados del mundo profano, y por las cuales estamos separados del mundo profano, y por las cuales nos es fácil designar nuestro patrimonio como “hijos de la luz” se llaman las señales de la Orden. El lenguaje universal y las leyes universales de la Masonería son las señales, pero no son así las ceremonias locales, las leyes y costumbres, que varían en diferentes países. El intento de alterarlas o cambiar estas señales sagradas, por medio de las cuales examinamos los derechos del hermano para participar en nuestros privilegios, es una de las faltas más atroces que puede cometer el Masón.

En la decisión de la cuestión de la Masonería, existe una multitud de opiniones entre los escritores. El Dr. Oliver dice, en el Diccionario Simbólico Masónico, que “algunos las limitan a los signos O. B., marcas, y palabras. Otros incluyen las ceremonias de iniciación, adopción y elevación; y la forma, dimensiones, y apoyo; el fundamento, situación y cielo; los ornamentos, mobiliario, y joyas de la Logia, o sus símbolos característicos. Algunos creen que la Orden no tiene señales además de sus secretos particulares”. Pero todas estas son definiciones aisladas e insuficientes excluyendo cosas que son esenciales, y admitiendo otras que son accesorias.

Quizás el método más eficaz es restringirlas a las antiguas, y, por lo mismo, universales costumbres de la Orden, las que o resultaron gradualmente sin efectividad como reglas de acción, o, si alguna vez fueron decretadas por alguna autoridad competente, que en época tan remota, que no se puede encontrar dato de su origen en los apuntes de la historia. Pero los ejecutores de ese mandato en el tiempo en que esa facultad cumplió su designio han superado a los anales de las relaciones, por consiguiente las señales son “de una antigüedad suprema, que la memoria de la historia no puede alcanzar”.

El primer requisito, por consiguiente, de la costumbre o regla de acción para constituirla en la señal, es que debe haber existido desde “la época en que la memoria del hombre ejercía una influencia no contraria”. Su antigüedad es su elemento esencial, Si fuese posible que todas las autoridades masónicas de nuestros días se uniesen en un congreso universal, y con la más perfecta unanimidad adoptasen cualquiera nueva reglamentación, esa misma reglamentación, mientras permaneciese en vigor, también sería obligatoria en todo el Gremio; sin embargo, no constituiría una señal. Tendría el carácter de la universalidad, esa verdad, pero carecería del de la antigüedad.

Otra peculiaridad de estas señales de la Masonería es la de que son irrevocables de la misma manera que el congreso a que acabo de aludir no podría tener la prerrogativa de abolirla. Las señales de la Orden lo mismo que las leyes de los medas y los persas, no pueden sufrir alteración. Lo que constituirían hace siglos, lo que aún constituyen, y lo que deben constituir aún subsiste en vigor hasta que la Masonería misma cese de existir.

Aún hasta el año 1858, ningún intento se había hecho por escritor masónico alguno con el fin de enumerar distintamente los linderos o límites de la Francmasonería, y darles una forma comprensible. En octubre de ese año, Mackey publicó en la Revista Trimestral Americana de la Francmasonería (Vol. II, p. 230) un artículo sobre “Los Principios de la Ley Masónica”, el que contenía la enumeración distinta de los linderos, que fue la única vez que dicha lista había sido otorgada a la Fraternidad. Esta enumeración fue incorporada posteriormente en su Libro de Texto de Jurisprudencia Masónica. Ha sido adoptado muy generalmente por la Fraternidad, y publicado de nuevo por muchos escritores sobre ley masónica; algunas veces sin conocimiento del origen de donde provenía la información. De acuerdo con esta recapitulación, el resultado del mucho trabajo e investigación minuciosa, los linderos son veinticinco en número, y son como sigue:

Los Landmarks

1 Los modos de reconocimiento son, de todas las señales, los más legítimos e incuestionables. No admiten variación; y si alguna vez han sufrido alguna alteración o adición, la maldad de tal violación de la ley antigua, se ha manifestado posteriormente por sí mismo

2 La división de la Masonería simbólica en tres grados es una señal de que ha sido conservada mejor que cualquiera otra; aunque aún en este caso el espíritu malévolo de la innovación ha dejado sus huellas, y, por medio de la dilaceración de sus partes concluyentes del tercer grado, ha originado la falta de uniformidad con respecto a la enseñanza final de la Orden del Maestro; y el Arco Real de Inglaterra, Escocia, Irlanda y América, así como “los altos grados” de Francia y Alemania, están formados todos para diferir en el modo en que conducen al neófito a la consumación suprema de toda la Masonería simbólica. En 1813, la Gran Logia de Inglaterra vindicó la señal antigua, decretando solemnemente que la Masonería del Gremio antiguo constaba de tres grados: del Aprendiz Iniciado, Compañero de Gremio y el Maestro Masón, incluyendo el Arco Real Sagrado. Pero esta dilaceración jamás ha sido cicatrizada, y la señal, aunque reconocida en su integridad por todos, aún continúa siendo violada.

3 La leyenda del tercer grado es una señal importante, cuya integridad ha sido bien preservada. No existe Rito de la Masonería, practicado en cualquier país o idioma, en que los elementos esenciales de esta leyenda no se enseñen. Las lecturas pueden variar, y en efecto su cambio se verifica constantemente, pero la leyenda ha permanecido siempre la misma substancialmente. Y es necesario que sea así, pues la leyenda del Arquitecto del Templo constituye el punto esencial e identidad de la Masonería. Cualquier Rito del que fuese excluido, o alterado materialmente, cesaría desde ese momento, por la exclusión o alteración, de ser un Rito masónico.

4 El gobierno de la Fraternidad por medio del presidente llamado Gran Maestro, el que elegido del cuerpo del Gremio, es la cuarta señal de la Orden. Muchas personas suponen que la elección del Gran Maestro se efectúa en consecuencia de la ley o reglamentación de la Gran Logia. Pero ese no es el caso, en lo absoluto. El cargo debe su existencia a la señal de la Orden. Los Grandes Maestros, o las personas que desempeñan las funciones bajo diferente pero equivalente título, se encuentran en los registros de la institución desde mucho antes de que las Grandes logias fueran establecidas; y si el sistema actual del gobierno legislativo de las grandes Logias fuese abolido, aun seguiría siendo necesario el Gran Maestro.

5 La prerrogativa del Gran Maestro de presidir en todas las asambleas del Gremio, en cualquier lugar y en cualquier tiempo, es la quinta señal. Es consecuencia de esta ley, derivada de la costumbre antigua, y no de ningún mandato especial, por lo que el Gran Maestro asume el poder, o como se llama en Inglaterra, “el trono”, en todas las comunicaciones de la Gran logia; y de que tiene derecho también a presidir en la comunicación de todas las Logias subordinadas, donde quiera que esté presente.

6 La prerrogativa del Gran Maestro de conceder dispensaciones para conferir grados en ocasiones irregulares, es otra y muy importante señal. Conforme a los estatutos establecidos por la ley de la Masonería se requiere un mes, u otro período determinable, que transcurre entre la presentación de la petición y la elección del candidato. Pero el Gran Maestro tiene poder para determinar o dispensar esta aprobación y permitir al candidato ser iniciado desde luego. Esta prerrogativa la poseía desde antes del decreto de la ley requiriendo la aprobación, y como ningún estatuto puede degradar su prerrogativa, aun conserva el poder.

7 La prerrogativa del Gran Maestro de dar dispensaciones para apertura y disolución de las Logias es otra señal. Puede conceder en virtud de esto, a un número suficiente de masones, el privilegio de reunirse en asambleas y conferir grados. Las Logias de este modo establecidas, se llaman “Logias bajo dispensación”.

8 La prerrogativa del Gran Maestro de crear masones a primera vista es una señal que está íntimamente relacionada con la anterior. Existe un mal entendimiento en relación a esta señal, cuyo mal entendimiento ha conducido a veces a negar de su existencia en la jurisdicción donde se encontraba el Gran Maestro, y quizá, al mismo tiempo ejercía substancialmente dicha prerrogativa, sin la observación más mínima u oposición.

9 La necesidad para los masones de congregarse en las Logias es otra señal. No debe entenderse con esto que cualquiera señal antigua ha sido formada de esa organización permanente de las Logias subordinadas lo que constituye uno de los rasgos del sistema masónico tal como se encuentra en nuestros días. Pero las señales de la Orden prescriben siempre que el Masón debería, de vez en cuando, congregarse con el propósito del trabajo activo o especulativo, y que estas congregaciones debían llamarse Logias. Anteriormente, estas juntas eran extemporáneas, las que se reunían para fines especiales, disolviéndose en seguida, separándose los hermanos y reuniéndose en otras ocasiones y en otros lugares, de acuerdo con la necesidad o circunstancias. Los Poderes de constitución, estatutos, oficiales permanentes, y rezagos anuales son las innovaciones modernas fuera del todo de las señales, y dependientes enteramente de los actos especiales de un período comparativamente reciente.

10 El gobierno del Gremio, siempre que se congrega en Logia, por el Maestro y dos Vigilantes, es también una señal. La congregación de Masones reunidos bajo cualquier otro gobierno, por ejemplo, como el de presidente y vice-presidente, o regidor y sub-regidor, no sería reconocido como Logia. La presencia del Maestro y los dos Vigilantes es tan esencial para la válida organización de la Logia como el Poder de la Constitución en nuestros tiempos. Los nombres, por supuesto, varían en los diferentes idiomas; pero los oficiales, su número, prerrogativas, y deberes son en todas partes idénticos.

11 La necesidad de que todas las Logias, siempre que se reúnan sean debidamente vigiladas, es una señal importante de la Institución que jamás se olvida. La necesidad de esta ley tiene su origen en el carácter esotérico de la Masonería. El deber de guardar la puerta, y vigilar a los cobardes y escuchas, es antiguo, y por lo mismo constituye una señal.

12 El derecho de todo Masón de ser representado en todas las juntas generales del Gremio, y de instruir a su representante, es la señal duodécima. Anteriormente, estas juntas que, por lo general, se reunían sólo una vez al año, se llamaban “Asambleas Generales”, y a toda la Fraternidad, aun el Aprendiz Iniciado más joven, se le permitía estar presente. Ahora se llaman “Grandes Logias”, y únicamente los Maestros y Vigilantes de las Logias Subordinadas son admitidos. Pero esto es simplemente como representante de sus miembros. Originalmente, cada Masón se representaba por sí mismo; en la actualidad es representado por sus oficiales.

13 El derecho de todo Masón de apelar a la decisión de sus hermanos, durante la Logia, a la Gran logia o Asamblea General de Masones, es una señal sumamente esencial para la preservación de la justicia, y para evitar la opresión. Algunas Grandes Logias modernas, al adoptar el reglamento de que la decisión de las Logias subordinadas, en caso de expulsión no puede diferirse del todo por medio de apelación, ha sido violada, e incuestionablemente del mismo modo la señal, así como los principios del gobierno justo.

14 El derecho de todo Masón de visitar y sentarse en todas las Logias regulares es una señal incuestionable de la Orden. A esto se llama “el derecho de visitación”. El derecho de visitación ha sido reconocido siempre como un derecho inherente que es para el uso y provecho de todo Masón. Y esto es porque las Logias se consideran precisamente como las únicas divisiones para la conveniencia de la familia masónica universal. Este derecho, por supuesto, puede ser alterado o renunciado en casos especiales por varias circunstancias; pero cuando la admisión se rehúsa al Masón durante el uso de sus derechos, el que llamando a la puerta de la logia como su visitante, es de esperarse que alguna razón suficiente y razonable deba exponerse por esta violación de lo que es, en general, un derecho masónico, fundado en las señales de la Orden.

15 Es una señal de la Orden, que ningún visitante desconocido de los hermanos presentes, o alguno de ellos como Masón, puede entrar a la Logia sin pasar primero por el examen de acuerdo con la costumbre antigua. Por supuesto, si el visitante es conocido de algún hermano de los presentes como Masón en uso de sus derechos, y si ese hermano testifica sus calificaciones, puede dispensarse del examen, pues como la señal se refiere únicamente a los casos de extraños, quienes no son conocidos o aceptados a menos que se verifique una prueba estricta, el examen debido, e información legal.

16 Ninguna Logia puede intervenir en los asuntos de otra Logia, ni conferir grados a hermanos que sean miembros de otras Logias. Esto es indudablemente una señal antigua, fundada en los grandes principios de la cortesía y bondad fraternal, que son la base de nuestra institución. Ha sido reconocido repetidas veces en épocas posteriores, de conformidad con las disposiciones de los estatutos y decretos de todas las Grandes Logias.

17 Es una señal que todo Francmasón está sujeto a las leyes y reglamentos de la jurisdicción masónica en que reside, a la vez que no puede ser miembro también de ninguna Logia. La falta de afiliación, que es en realidad un agravio masónico que constituye, no excluye al Masón de la jurisdicción masónica.

18 Ciertas calificaciones de los candidatos para la iniciación se derivan de la señal de la Orden. Estas calificaciones se refieren a que debe ser un hombre no mutilado; de nacimiento libre, y de edad madura. Por consiguiente, la mujer, el que ha perdido el uso de sus facultades, el esclavo que ha nacido en cautiverio, es descalificado para la iniciación en los Ritos de la Masonería. Los estatutos, es cierto, han decretado de vez en cuando, ya sea vigorizando o explicando estos principios; pero las calificaciones realmente provienen de la propia naturaleza de la Institución masónica y de sus enseñanzas simbólicas, las que han existido siempre como señales.

19 La creencia en la existencia de Dios como el Gran Arquitecto del Universo, es una de las más importantes señales de la Orden. Ha sido siempre admitido que la negativa de la existencia del Poder Supremo como Autoridad Pre-eminente es una descalificación absoluta para la iniciación. Los anales de la Orden nunca han otorgado hasta la fecha ni podría suministrar el caso en que un ateo declarado fuese constituido masón. Las mismas ceremonias iniciatorias del primer grado prohíben desde luego e impiden la posibilidad de tal incidente.

20 Subsidiaria a esta creencia en Dios, como una señal de la Orden, existe la creencia en la resurrección a la vida futura. Esta señal no es impresa tan positivamente al candidato por las palabras exactas como la precedente; pero la doctrina se enseña por inducción implícita perfectamente clara, y comprende el sistema entero del simbolismo de la Orden. El creer en la Masonería, y no creer en la resurrección, sería una anomalía absurda, que solamente podría excusarse por medio de la irreflexión, pues aquel que confunde de este modo su creencia y su escepticismo, es tan ignorante del significado de ambas teorías, como si no tuviese principio racional para el conocimiento de una cosa o de la otra.

21 Es una señal que el “Libro de la Ley” debe constituir una parte indispensable del mobiliario de toda logia. Digo, deliberadamente, Libro de la Ley por que no se requiere absolutamente que en todas partes se usen los testamentos Nuevo y Antiguo. El “Libro de la Ley” ese volumen que, por la religión del país, se cree contiene la voluntad manifiesta del Gran Arquitecto del universo. Por lo que, en todas las Logias que existen en los países cristianos, el, el “Libro de la Ley” se compone del Antiguo y Nuevo Testamento; en un país donde el judaísmo fuese la fe predominante, el Antiguo testamento únicamente sería suficiente; y en los países mahometanos y entre los masones mahometanos, podría ser substituido por el Korán. La Masonería no pretende interponerse con la fe religiosa propia de sus discípulos, excepto en lo que se relaciona a la creencia en la existencia de Dios, y en lo que necesariamente resulta de esa creencia “El Libro de la Ley” es para el Masón Especulativo su tablero de trazado espiritual; pues sin éste no puede laborar; y cualquier cosa que cree ser la voluntad manifiesta del Gran Arquitecto constituye para él este tablero espiritual, y debe estar delante de él siempre en sus horas de labor especulativa, pues es la regla y guía de su conducta, la señal, requiere que el “Libro de la Ley”, código religioso de la misma especie, designado como el ejemplar de la voluntad manifiesta de Dios, deba formar una parte esencial del mobiliario de toda Logia.

22 La discreción de la Institución es otra señal y la más importante. La forma inherente en ella, existiendo con ella desde su misma fundación, y protegida por ella por medio de sus señales antiguas. Si es desposeída de su carácter secreto, pierde su identidad, y cesa de ser Francmasonería. Por consiguiente, todas las objeciones, que puedan hacerse a la Institución en lo relativo a su discreción, y como quiera que muchos torpes y malintencionados en los días de prueba, por cuestión de conveniencia, intenten desposeerla de su carácter secreto será una cosa siempre imposible de verificarlo aún en el caso de que la señal no se interpusiera ante nosotros como un obstáculo; por el cambio de tal naturaleza ocasionaría el suicidio social, y la muerte de la Orden le precedería en su forma manifiesta y legal. La Francmasonería, como asociación secreta, ha vivido inalterable por siglos; como una sociedad libre, no permanecería por muchos años.

23 La discreción de la Institución es otra señal y la más importante. La forma de la discreción es una forma inherente en ella, existiendo con ella desde su misma fundación, y protegida por ella por medio de sus señales antiguas. Si es desposeída de su carácter secreto, pierde su identidad, o cesa de ser Francmasonería. Por consiguiente, todas las objeciones, que puedan hacerse a la Institución en lo relativo a su discreción, y como quiera que muchos torpes y mal intencionados en los días de prueba, por cuestión de conveniencia, intenten desposeerla de su carácter secreto, será una cosa siempre imposible de verificarlo, aún en el caso de que la señal no se interpusiera ante nosotros como un obstáculo; porque el cambio de tal naturaleza ocasionaría el suicidio social, y la muerte de la Orden le precedería en su forma manifiesta y legal. La Francmasonería ha vivido inalterable por siglos; como una sociedad libre, no permanecería por muchos años.

24 La fundación de la ciencia especulativa aplicada al arte activo, y el uso simbólico y explicación de los términos de ese arte, con los propósitos de enseñanza religiosa o moral, constituyen otra señal de la Orden. El Templo de Salomón fue la cuna simbólica de la Institución, y, por lo tanto, la referencia a la Masonería activa que construyó ese magnífico edificio, a los materiales e implementos que fueron empleados en su construcción, y a los artistas que se ocupaban en la construcción, todas son partes componentes y esenciales del cuerpo de la Francmasonería, las que no podrían sustraerse de ella sin ocasionar la destrucción completa de la identidad entera de la Orden. Por lo que, todos los Ritos comparativamente modernos de la Masonería, como quiera que difieran en otros conceptos, conservan religiosamente esta historia del Templo y estos elementos activos, como el lecho de todas sus modificaciones del sistema masónico.

25 La última señal y complemento de todas es que estas señales nunca pueden ser cambiadas. Nadie puede ser sustraído de ellas -nada puede ser adherido a ellas- ni la más mínima modificación puede efectuarse en ellas. Del mismo modo que nos fueron otorgadas por nuestros predecesores, del mismo modo estamos obligados por los compromisos más solemnes del deber a transmitirlas a nuestros sucesores. Ni un solo ápice o título de estas leyes escritas puede ser revocado u abolido; pues, en lo que se refiere a ellas, no solamente estamos obligados, sino que deseamos adoptar la frase de los atrevidos barones antiguos de Inglaterra, “Nolumus leges mutari”.

Según A. Gallatin Mackey

lunes, 17 de marzo de 2014

LOS TRES PASOS DEL MAESTRO MASON (II) Ultimo

Proseguimos con la inclusión de la ultima entrega sobre este trabajo de los Pasos del Maestro Masón, que ha desarrollado el Hermano Roger Bonifassi de la Academia Masónica, y con cierta cercanía conceptual a la Gran Logia de Francia y al REAA.

A través de este trabajo vamos a ir viendo como el tema de los Pasos del maestros Masón se ha ido complicando tanto en su concepción como en su desarrollo, y veremos como que la tradición masónica que estemos trabajando pueden tener uno u otro sentido.

Esperamos que estos trabajos de traducción y reflexión ayuden a los Maestros Masones y a los propios masones a reflexionar sobre su propio origen y desarrollo como grupo.

VGG

El manuscrito Pyron (12) de 1811-1812 reproduce y aumenta la misma confusión:
Se hace avanzar al candidato al altar de los juramentos marchando sobre el primer grado desde el ángulo derecho de un cuadrilátero formando una escuadra sobre el segundo cuadrado por 2 pasos y sobre el tercero por uno solo.
Se le hace dar ( hacer) los pasos y signos de Ap.: los pasos y signos de Comp.: y por fin los de Maestro.
Esto se contradice con la instrucción del grado donde está especificado que el Maestro debe, después de haber efectuado sobre el cuadrilátero sus pasos y signos de Aprendiz y Compañero, dar 3 pasos sobre el mismo cuadrilátero…

No fue sino hasta la aparición de la “ Guide des Maçons Écossais” (13), primer ritual impreso del Rito Escocés, que se llegó por fin a una concordancia total en el número de pasos del Maestro.

Uno y solo uno!

Después de haber dado una vuelta a la logia y reconducido al occidente, el candidato escucha al Muy Respetable decirle al primer Vigilante ( página 76):
Ven.: hermano primer Vigilante, haced avanzar al candidato hacia el altar de los juramentos, marchando sobre el primer grado desde el ángulo derecho de un cuadrilátero, formando una escuadra sobre el segundo grado por dos pasos y sobre el tercero por uno solo. Se le hace ejecutar el signo de Aprendiz, los pasos de Compañero y por fin el de Maestro.
Esta particularidad también aparece en la instrucción ( página 89) donde a la pregunta:
¿Cuáles son las instrucciones que habéis recibido?
El Maestro responde:
“Cuando yo fui al oeste él ( el primer Vigilante) me enseñó a colocarme en Maestro haciendo el signo de App.: marchando desde el ángulo derecho de un cuadrilátero; a dar otros dos pasos sobre el segundo grado en el mismo cuadrado, mis pies formando una escuadra y haciendo el signo de Comp.: y por fin el paso de Maestro sobre el mismo cuadrilátero…”
El ritual de Maestro de la logia “ La Fidélité” (14) de los años 1820 es igualmente constante en el único paso de Maestro. En la ceremonia de elevación:
Muy Venerable Hermano primer Vigilante, haced avanzar a ese candidato hasta el altar de los juramentos marchando sobre el primer grado desde el ángulo derecho del cuadrilátero y formando una escuadra sobre el segundo grado por dos pasos y sobre el tercero por uno solo.
Se le hace ejecutar el signo de Aprendiz, los pasos y signos de Compañero y por fin el signo de Maestro, se le hace colocar sobre las dos rodillas, la mano derecha sobre la biblia, los dos puntas del compás sobre cada seno, presta su obligación.
En las instrucciónes:
¿Cuáles son esas instrucciones?.
Él me enseñó a colocarme en Maestro hacia el este haciendo el signo de Aprendiz y marchando sobre el primer grado desde el ángulo derecho de un cuadrilátero, después hacer otros dos pasos sobre el segundo grado del mismo cuadrilátero, mis pies formando la escuadra y haciendo el signo de Compañero y tercero, en fin, el paso de Maestro sobre el mismo cuadrilátero. Llegado al altar se me hizo colocar de rodillas, la mano derecha sobre la biblia, las dos puntas del compás sobre cada seno y en esa actitud presté la obligación solemne de los Maestros.
Esta particularidad, original en la historia de la ritualidad escocesa, ha sido rápidamente olvidada. Por tanto no puede ser considerada como una simple “ experiencia” puesto que la vimos existiendo a través de los rituales durante una buena veintena de años y está en el inicio de la historia del Rito Escocés

Y no se debe a una mala interpretación del texto seguida de una mal giro de la frase. El término” un solo” indica bien la diferenciación voluntaria pero más aún, existe un ritual expresamente fechado en 1824 haciendo mención en los mismos términos pero con la guinda del pastel: una representación gráfica (15) de dicha marcha.

¿De dónde viene esa particularidad? ¿Será de origen francés?, inglés o porque no, americano?

¿Porqué no ha perdurado siendo que era realizable físicamente la marcha así descripta que se hacía no sobre un cadáver o un ataúd sino sobre el suelo desnudo de la logia ante la representación del cadáver o ataúd de Hiram?.

Misterio
De todas formas algunos elementos concernientes al origen de esta práctica pueden ser deducidos de la lectura de las primeras divulgaciones inglesas así como de la práctica de los rituales ingleses o americanos, especialmente los del tipo “ Emulaciòn”, codificados en 1813, para los cuales la marcha del Maestro consta de siete pasos.(16)
En la ocasión del encuentro con un hermano, se debe dar el primer paso con pie derecho, el segundo con pie izquierdo y al tercero, avanzar el talón derecho hacia el interior del pie derecho del hermano.
A pesar de que ese texto no sea del todo fiable en razón de sus diversas aproximaciones y numerosos errores, hace pensar que su autor no era un francmasón lo que nos da ya una primera indicación

La segunda divulgación “A Mason´s Confession”( la confesión de un masón) data de 1727. Describe la marcha en tres pasos, cada paso franqueando una línea trazada a la tiza sobre el suelo.

La marcha descripta es efectuada por un aprendiz, pero los signos evocados en el curso de la misma muestran que era la misma para los Compañeros. Se trata en efecto de “tres pasos regulares en francmasonería”.

El Aprendiz pasa ahora por sobre la primera línea con un pie y pone el otro en escuadra. Posa su mano derecha como tomándose el hombro izquierdo y diciendo “ Buenos días señores”.Luego pasa por encima de la segunda línea con un pie colocando el otro en escuadra y pone su mano derecha sobre su costado izquierdo diciendo: “Dios está aquí”. Pasa sobre la tercera línea, pone su otro pie en escuadra y su mano derecha sobre su rodilla derecha diciendo: “Dios bendiga a todos los Venerables hermanos”.

Esos tres pasos se repiten en el “Scottish Craft Ritual” y en el ritual de Bristol (probablemente el mas antiguo ritual inglés)(18). Los dos aún son utilizados en la actualidad.

Después de la ceremonia de elevación a la Maestría, el Venerable Maestro se dirige al nuevo Maestre diciéndole:
“Avanzad hacia mí en Aprendiz dando un pequeño paso con el pie izquierdo y llevando el talón derecho al hueco del pie izquierdo. Ahora mostradme el signo ( mano izquierda como mano derecha). Avanzad hacia mí en Compañero y dando un pequeño paso partiendo del pie derecho y llevando el talón izquierdo al hueco del pie derecho. Haced el signo. Luego haced un pequeño paso con el pie izquierdo y unid los dos talones uno contra el otro. Ese es el tercer paso regular en masonería y es solamente en esa posición que se comunican los secretos del grado ( ritual de Bristol)”
Esa constante en el paso único del grado de Maestro ( cada grado no tiene como es actualmente en Francia, una marcha diferente), permitiría quizás explicar nuestro cuadro del grado.

Si se sostiene la hipótesis de que los rituales ingleses citados han conservado a ese nivel el uso de los “Antiguos”, siendo que las divulgaciones francesas describen los usos de los “Modernos” solo conocidos antes de 1760, la marcha del Maestro de nuestros rituales escoceses franceses de 1805 a 1825 podría ser un sistema híbrido que mezclara las prácticas de los Modernos para los dos primeros grados con la de los Antiguos para el tercero. La vacilación entre las dos prácticas de rituales de 1805 y 1811/1812 sería entonces una prueba de la gran rapidez con que fueron elaborados los rituales simbólicos del rito escocés.

No es más que una hipótesis de trabajo y no explica porqué todos los retejadores(19) indican, como el de Grasse-Tilly (1818), que “ la marcha ( del tercer grado del Rito Antiguo) se hace partiendo del pie derecho como si se saltara sobre un cadáver” lo que apoyaría nuestra hipótesis de rito “ Moderno”, ni tampoco explica por cuales razones (influencia del Rito Francés quizás) fue abandonada.

Su abandono parece posterior al año 1825 y la última obra que lo relata parece que es el “ Vade-Mecum Maçonnique pour les trois premiers degrés du Rit Écossais Ancien et Accepté…” par un ExVen.: de L.: Ecossaice- 5825 ( imprenta del H.: Sétier) que la describe de la siguiente forma:
“ Él, ( el primer Vigilante) me enseñó a colocarme en M.: hacia el este, haciendo el signo de App.: y a marchar en primer grado desde el ángulo de un cuadrilátero; mis dos ies formando la escuadra; después dar dos pasos en segundo grado y hacer el signo de Comp.:; y en fin, dar el paso de M.: sobre el mismo cuadrilátero…”
Sin embargo será entre 1825 y el fin del decenio que los rituales del Rito Escocés vuelven a los tres pasos del Maestro. Esta transición se efectúa por un ritul de los años 1825/ 1830 (20), que anuncia en grandes líneas los rituales actuales, aunque con una ligera diferencia en cuanto a la posición de partida de la marcha del Maestro.
“Se hace avanzar al recip.: por la marcha de App.: y de Comp.: de suerte que al último paso haya arribado a la cabeza del H.: que está acostado y a su izquierda. Se le hace ahora saltar por sobre el cuerpo partiendo del pie derecho para pasar a la derecha y a continuación volver a pasar hacia la izquierda siempre saltando sobre el cuerpo. En fin, por un tercer paso partiendo del pie derecho debe arribar a ubicarse a los pies del que está acostado en tierra y quien queda detrás suyo. En esa posición el H.: que está acostado se levanta sin ruido y retomará su sitio sobre las columnas.”
El diseño explicando esa marcha muestra claramente que los dos pies se posan lado a lado, de cada costado del ataúd en cada cruce.

Deberá transcurrir mas de medio siglo, con la difusión de los rituales del S.C.D.F por la imprenta Melhotte, algunos años antes del Convento de Lausanne ( 1870) para ver aparecer una modificación muy menor en la marcha del Maestro.

La posición de partida se encuentra en cambiada, en efecto, por referencia a los rituales precedentes: los últimos pasos de Compañero llevan al recipiendario a la izquierda de la representación (21) enfrentándola a continuación.

Esta práctica que ha suprimido el doble salto por sobre el cadáver no parece deberse mas que para facilitar la práctica. De allí en adelante, nada ha cambiado (22)

Los rituales del Supremo Consejo de Francia dieron lugar, a partir de 1905 a los de la Gran Logia de Francia y desde 1960 el esquema de la marcha a desaparecido reemplazado por una larga y precisa descripción:

“Estando al orden de App.: se hacen a continuación los tres pasos de App.:, se pone a continuación al orden de Comp.: y se ejecutan los pasos de Comp.:. Ahora se pone al orden M.: y se ejecuta: un paso a derecha llevando el pie oblicuamente y avanzando y hacia la derecha el izquierdo contra el derecho, en escuadra; después un paso a izquierda llevado oblicuamente y hacia la izquierda el pie izquierdo que describe una curva como para pasar por encima de un ataúd, donde se los junta en escuadra. Finalmente se ubica de nuevo sobre la línea media llevando oblicuamente y a derecha el pie derecho y seguido por el izquierdo donde se los junta en escuadra..”

El adagio no dice que un largo discurso vale mas que un pequeño croquis…

NOTAS ………………………………………………………….
11) Kloss XXVIII-82. Publicaciones Latomia. Ritual probablemente(?) presentado en el tratado de unión celebrad entre la Gran Logia General Escocesa y el Gran Oriente de Francia. Fechado en 1805 en la última página de los rituales.
(12) GLDF. Archivos rusos
(13) Aparecido sin mención de fecha. Ver la posible datación el el artículo de Gilles Pasquier “ Les anciens et les grades de métier du REAA” Villard de Honnecourt n.7.1983 y el prefacio de Guy Verval al “ Le Ritual des Anciens…” de Laurent Jaunax. Ed. Devry, 2004.
14. Biblioteca del GODF.
15. Rituel Dehon- Biblioteca André Doré, GODF
16.« A Mason’s Examination » (el retejamiento de un masón), una divulgación de 1723 que tiene la particularidad de evocar un tercer grado donde la palabra sagrada sería « Maughbin »
17. Describe una marcha durante el encuentro de dos hermanos-En la ocasión de un encuentro con un hermano se le hace dar el primer paso con el pie derecho, el segundo con el pie izquierdo y en el tercero se debe avanzar talón derecho hacia el interior del pie derecho del hermano.
16. En ese rito, la marcha del Aprendiz consiste de tres pasos y la de Compañero de cinco.
17. An enter’d Mason I have been / Boaz and Jachin I have seen; / A Fellow I was sworn most rare, / And know the Asler, Diamond, and Square: / I know the Master’s Part full well, / As honest Maughbin will you tell. ( Un masón ingresado yo soy/ He visto a Boaz y a Jakin/ He sido juramentado Compañero / Y conozco la piedra bruta, el diamante y la escuadra/ Conozco la parte del Maestro muy bien, como honesto Maughbin a usted la diré.)
18. Es igual en los rituales de York, irlandés o de la provincia de Oxford.
19 .Abraham (1813), Delaulnaye (1813-1821) y Vuillaume (1820-1830).
20 .Ese ritual manuscrito presenta casi el mismo texto que aquel de 1829 (Bibliothèque Nationale Ms FM 93 ;Transcripción en Ordo ab Chao n° 39-40. 1999). Probablemente sea ligeramente anterior. Datado entre 1820( contiene una inscripción respecto a una obra impresa en New Haven en 1820) y 1829 (pues la apertura de los trabajos no se hace mas que en nombre de Dios y de San Juan, sin mención del GADU)
21. Los rituales denominan” representación” al cadáver ensangrentado recubierto de un paño negro o el ataúd que contempla el Compañero cuando se le da vuelta.
22. Hay que señalar de todos modos que Oswald Wirth ( contrariamente a Jules Boucher) en su obra “ “Le livre du Maître” aparecido en 1921, toma partido por la marcha del tercer grado tal como se practicaba en el siglo XVIII, o sea los pies no juntados cuando se pasa por encima del cadáver o ataúd.

LOS TRES PASOS DEL MAESTRO MASON (I)

Mucho se suele leer en logia y en diversos manuales al uso masónico, sobre los PASOS EN LOGIA, en general sobre su sentido y transcendencia, pero muy en general encontramos muy poco material que haga estudios con cierta profundidad y que entre de lleno en como se dieron estos pasos en las primigenias logias, y como estos fueron avanzando y desenvolviéndose a lo largo de la historia de los rituales masónicos.

Y esto es lo que nos muestra Roger Bonifassi, miembro de la Academia Masónica, compuesta por Hermanos de diversas Obediencias y al REAA, y más o menos ligada o con cierta cercanía a la Gran Logia de Francia.

Roger nos plantea en su trabajo u desarrollo de cómo eran aquellos primigenios pasos en las incipientes logias “modernas”, y como esta gestualidad se llenan de diversos contenidos cuando estos son retomados, como no podía ser de otro modo, por los “Antiguos”,

Lo que demuestra una vez más como hemos pasado de una simple y frágil trama ritual a una elaborada ceremonia de palabas, gestos y pasos que se han ido cargando de una fuerte simbólica que hoy conforma la base ritual de nuestro tiempo

El Hermano Roger Bonifassi en su didáctico trabajo, nos va a ir plasmando en base a dos entregas esta evolución, y cuyo trabajo creo que debería toda una referencia a la hora de abordar trabajos sobre el corpus masónico.
VGG

Título original : Trois petits pas…
………………………………………………………………..
En francmasonería todo es explicable simbólicamente: un “ cargo”, una “ palabra”, una “ acción”. Todo es explicable y simbólicamente justiciable: el hecho en sí mismo y su contrario. Es lo que le ha valido a la francmasonería francesa en particular, su facultad de adaptar, de transformar ( por no decir “arañar”) sus rituales al ritmo del tiempo, de la moda y de la fantasía de aquellos que “ creen saber” más y mejor que los demás.

Los rituales del Rito Escocés(1) son un bello ejemplo con los agregados sucesivos de elementos, más o menos bien incorporados durante sus dos siglos de existencia, a los rituales iniciales. El hecho no es novedoso, las divulgaciones” inglesas” ya describían esta particularidad (2)

La lista de estas diversas innovaciones, hoy en día tradicionales, sería largo de enumerar, señalando de todas maneras entre los retiros, la supresión de los diáconos, y los pertinentes a la transmisión de las palabras; y entre los agregados, a los cuatro elementos durante la iniciación y la cadena de unión a la clausura de los trabajos.

De todas formas, muchos elementos tradicionales han perdurado y eso es algo bueno, pero incluso esos mismos han estado a veces sujetos a numerosas variantes. La forma de proceder para efectuar los pasos del Maestro es un buen ejemplo.

Veamos qué podemos aprender de los antiguos rituales ( de tendencia "Moderna")

En 1730 la primera divulgación que revela el grado de Maestro, fue “Masonry Dissected” y es publicada por un tal Prichard. Relatando los secretos de los “Modernos” bajo la forma de instrucción, no contiene ninguna relación gestual, si bien se describen los cincos puntos perfectos por los cuales fue levantado el Maestro Hiram, permanece muda respecto al tema de los pasos del grado.

Ninguna otra divulgación “inglesa” expone los secretos de la marcha del Maestro, y no será hasta 1744 que Leonard Gabanon en su divulgación “ Catechisme des Francs-maçons, describa la marcha que el candidato debe efectuar por orden del Muy Respetable:

“…Entonces, el primer Vigilante le hace componer una doble escuadra, que es colocar los dos talones uno contra el otro & las dos puntas de los pies separadas bajo la escuadra que está trazada sobre la Logia de Maestro.

Le enseña la marcha del Maestro que es la de hacer el camino que hay de la Escuadra al Compás: en tres grandes pasos iguales hechos casi en triángulo, es decir que partiendo de la Escuadra llevará el pie derecho avanzando un poco hacia el mediodía, luego el izquierdo llevado un poco hacia Septentrión y para el último paso llevará el pie derecho hasta la punta del Compás que está al lado del Mediodía y luego el izquierdo dejando los dos talones de modo que forme con el Compás una doble Escuadra.”

Nótese que en esa práctica, los dos pies no se posan a la vez en cada paso y que se juntan solo en el inicio y en la llegada de la marcha lo que describe bien el grabado adjunto.

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En 1745. Gabriel-Louis Pérau retoma, con palabras impresas en su divulgación “L´Ordre des Francs-maçons Trahi et le Secret des Mopse révelé”, la misma descripción de la marcha y adjunta un grabado representándola.
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En 1748, L´Anti-Maçon repite la misma forma de operar y presenta un cuadro con la marcha de cada grado y para comprender mejor la particularidad de la marcha del Maestro, un diseño representando los pies totalmente pintados de negro cuando se posan en tierra y el talón blanco cuando no lo están.

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La única nota falsa en ese dibujo idílico donde todos los autores parecen describir la misma práctica, es del abate Larudan que en su obra “ Le Maçon Démasqué” publicado en 1751, indica una marcha diferente donde los dos pies se posan uno al lado del otro después del pasaje por sobre el ataúd.

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Así, la gestualidad de los tres pasos en las prácticas de la masonería andersoniana está descrita en detalle en las divulgaciones……francesas.

Pero en 1751 aparece en Inglaterra una nueva práctica, la de los “ Antiguos”. Nuestro propósito no es el de rastrear su génesis, pero como su principal animador, Lawrence Dermott se mofaba desacertadamente de aquellos a los que daba el sobrenombre de “Modernos” y está comprendido en el tema que nos ocupa, podemos creer en una diferencia de usos.

¿No ha dicho?:
“ Después de muchos años de observación, una manera de marchar, verdaderamente ridícula, fue adoptada (por los Modernos). Yo creo que la primera fue inventada por un hombre gravemente afectado de ciática, la segunda por un marino acostumbrado a los rolidos del navío y la tercera por un ebrio que, por su solo placer. O por exceso de bebida fuerte, le encantaba bailar como un campesino bebido.” (3)

No es el caso, al menos para la marcha del Maestro, pues en 1760, la revelación de los usos de los Antiguos por “The Three distinct Knocks” siempre bajo la forma de instrucción por la parte del Maestro ( pues la de Aprendiz comprende los diálogos de la ceremonia de apertura de la logia), presenta la misma práctica de la marcha del Maestro:

.P. Cuáles instrucciones habéis recibido del primer Vigilante?

R. Me enseñó mientras yo estaba en el oeste, como mostrar la debida guarda o signo de Aprendiz al Maestro en el Este, en dar el primer paso en la primera marcha sobre un cuadrilátero ( y a poner) mi otro pie en escuadra.

Seguidamente me enseñó a dar dos pasos sobre el mismo cuadrilátero y mostrar el signo de Compañero.

En tercer lugar, me enseño a dar tres pasos sobre el mismo cuadrilátero, las dos rodillas plegadas, el cuerpo derecho, la mano derecha sobre la Biblia, los dos puntas del compás abierto sobre mi seno derecho y mi seno izquierdo.

Como sea, está claro que la marcha del Maestro consiste, en los escritos al menos, en dar tres pasos. Eso en los escritos, pues en la práctica el hecho de no posar el pie entre el primer y el último paso reduce de hecho el número a dos. Y en efecto, si la definición del paso en el sentido dado en el diccionario (4) es: “ la acción que consiste en hacer pasar el apoyo del cuerpo de un pie al otro, durante la marcha”, la definición masónica aunque no estipulada claramente, pero corroborada por todos los grabados del siglo XVIII que lo indican, es consistente con la doble acción de avanzar un pie y luego hacerlo juntar con el segundo. Y si así son representados los tres pasos del Aprendiz y los dos pasos del Compañero, ¿porqué no sería lo mismo con los pasos del Maestro?

En el continente, para 1763, el ritual de Maestro llamado del Marqués de Gages todavía describe la marcha ( sin precisión alguna) antes de la historia de la muerte de Hiram:

“El primer Vigilante…. Le hace llegar al algar pasando sobre la tumba y partiendo de Occidente por el pie derecho para ir al Mediodía. Entonces se aplica un gran golpe con un rollo de cartón o papel sobre el hombro izquierdo del recipiendario y se le hace partir con el pie izquierdo desde el Mediodía para llegar al Oriente por el Norte; recibe un golpe semejante sobre el hombro derecho y parte desde el Norte para llegar a Oriente, ahora recibe un golpe sobre la cabeza en Oriente, cae de rodillas, la mano sobre la Biblia y presta su obligación en estos términos…..

Los primeros rituales franceses, siguiendo la práctica universal de los masones de la época, describen siempre la marcha del Maestro en tres pasos.

Algunas variantes en las modalidades de ejecución.

.El ritual de Maestro contenido en los “Secrets et misteres de Plusieurs Grades De Ls Franche Maçonnerie, Recepcion de Dames Et Chantier de Cousins fendeurs” (5) describe una novedosa variante de la marcha:

“El primer Vigilante le muestra la marcha haciéndole partir con el pie derecho de occidente al mediodía y manteniendo el pie izquierdo en el aire formando el número 4, después le hace pasar con el pie izquierdo del mediodía a septentrión manteniendo igualmente la pierna derecha como hizo con la izquierda, ahora el pie derecho del septentrión al oriente posando ese pie de cara a la escuadra que está ubicada en tierra trayendo la pierna izquierda y juntándola a la derecha y formando la doble escuadra con la que está en tierra.”

Nótese que hasta ahora, salvo en el ritual del Marqués de Gages, la marcha se realiza siempre sobre el suelo de la logia y que no hay ninguna cuestión de franquear algún ataúd o cadáver. Parece que hubo que esperar al primer ritual oficial para que esa disposición fuera adoptada.

En efecto, en 1770, la Muy Respetable Gran Logia de Francia difunde para uso de los francmasones únicamente ( a semejanza de lo que se practica en nuestros días) un “Corps complet de Maçonnerie adopté par la R.G.L. de France “(6).

Después de los tres viajes en el curso de los cuales el candidato a la maestría recibe por tres veces tres y por tres hermanos un golpe con el rollo sobre el hombro y antes que le sea leída la historia de Hiram.

“El Muy Respetable dice al primer Vigilante hacerle avanzar al pie del Trono por tres pasos de Maestro atravesando el ataúd & recomendándole no pisar el cadáver & respetar a los Hermanos mismos después de su muerte.”

En 1784 el ritual de Maestro llamado del Duque de Chartres (7) describe el nuevo pasaje sobre la “ tumba”.

Después que el candidato ha dado por tres veces la vuelta a la logia,

“.. se lo ubica entre los dos Vigilantes, se le da vuelta y se le hace pasar sobre la tumba llevándole al pie del trono donde el T.R, comienza el siguiente discurso sobre la historia de Hiram Abif!....”

Al final del relato, el recipiendario es tendido sobre la tumba de Hiram. El ritual no da indicación alguna sobre la gestualidad, pero el texto deja suponer al menos una premisa de la dramatización actual puesto que después que el Muy Respetable anuncia la muerte de Hiram luego de la tercera agresión, el ritual agrega:

“… estando tendido el recipiendario sobre la tumba de Hiram, se le cubre con un paño negro, se le coloca sobre la cabeza un lienzo blanco ensangrentado que estaba sobre la cabeza del último M….”

Habrá que esperar a 1768 (8) y a la fijación de sus rituales por el Gran Oriente de Francia para que la descripción de la marcha por sobre el cadáver sea verdaderamente descripta, y se haga durante la lectura de la historia de Hiram.

El Muy Respetable relata la primera agresión contra Hiram.

En ese momento, el H. Experto hace que el candidato de uno de tres pasos misteriosos. Consiste en pasar el pie derecho por sobre la representación, diagonalmente desde el occidente donde está situado, a mediodía, manteniendo la pierna izquierda en escuadra a la altura de la gordura de la pierna y dejándola algunos instantes sobre la pierna derecha. El H. Experto sostiene al candidato en esa postura dándole la mano.

Recibe ahora un primer golpe de rollo sobre el hombro derecho dado por un hermano de la columna del mediodía y entonces el Muy Respetable relata la huída de Hiram hacia la puerta del sur y la segunda agresión.

En ese momento se hace que el recipiendario de el segundo paso misterioso; pasa la pierna izquierda por sobre la representación (9) diagonalmente de mediodía a norte y sosteniendo la pierna derecha en escuadra contra el nacimiento de la izquierda.

Recibe ahora un segundo golpe de rollo dado sobre la nuca por un hermano de la columna norte.

Se le hace dar el tercer paso llevando la pierna derecha hacia la parte baja de la representación donde colocará los dos pies en escuadra.

El Muy Respetable relata ahora la tercera agresión y le da un golpe de mallete sobre la frente. El candidato es extendido sobre una colchoneta muy estrecha (10).

En 1801 el “Regulateur du Maçon” retoma palabra por palabra el ritual de 1786.

Así que se podría pensar que el asunto está terminado y que la marcha del Maestro consiste de tres pasos. Si ese efectivamente es el caso para el Rito Francés, no es lo mismo para el Rito Escocés que nos reserva alguna sorpresa en ese dominio.

LOS PASOS EN EL RITO "ANTIGUO"

En efecto, en 1805 el Ritual del Rito Escocés del Gran Oriente de Francia (11) ya no habla más de los tres pasos habituales, sino de uno solo.

Hace avanzar al candidato hacia el altar de los juramentos marchando como en primer grado desde el ángulo derecho de un cuadrilátero formando una escuadra sobre el segundo cuadrado por dos pasos y sobre el terceropor uno solo.

Debe hacerse notar de todos modos que lo que sigue del texto contradice ese pasaje porque dice:

Se le hace realizar los pasos y signos de Aprendiz y de Compañero y por fin los de Maestro.

De hecho, se podría creer en alguna falta de consideración o mala voluntad, pero no es el caso porque en la instrucción, a la pregunta:

¿Cuáles son las instrucciones que habéis recibido ?, el Maestro responde:
Cuando fui al Oeste se me enseñó:
1. A dar al M.R. el signo de Ap. Y a marchar en primer grado desde el ángulo derecho del cuadrilátero con mi otro pie formando una escuadra.
2. A dar dos pasos sobre el mismo cuadrilátero, mi otro pie formando la escuadra y haciendo el signo de Compañero
3. A dar tres pasos sobre el mismo cuadrilátero, las dos rodillas dobladas y desnudas, mi cuerpo derecho, mi mano derecha sobre la Biblia, las dos puntas del compás extendidas sobre mis senos derecho e izquierdo mientras prestaba la obligación solemne de Maestro.:
NOTAS:
(1) Los del rito francés en sus diversas “ moliendas” lo son igualmente…
(2) The Three distinct Knocks de 1760 en particular!
(3) Ahiman Rezon ( Tercera edición, 1778)
4) Le Petit Robert
(5) Colección Claude Gagne, fotocopiado de la GLDF. Ese ritual también incorpora en el curso de las obligaciones a las cuales se sujeta el nuevo Maestro masón, una frase que permite situar su datación hacia 1765: “ ¿Prometéis también no erigiros en Gran Maestre si previamente no hubierais recibido ese poder de tres Maestros regulares de la R.G.L. de Francia?
6. Biblioteca GLDF ; Reedición GLDF en facsímil, 2004
7. Biblioteca GLDF ; Reedición Ed. du Prieuré, 1997
8. Rituels du Rite Français Moderne, Ed. Slatkine 1991 (pag.175)
9. El Maestro representando a Hiram asesinado.
10. Por temor, dice el ritual, de que si estuviera acostado sobre el piso, el frío no lo incomode. No se trata de un ataúd.

AUTOR: ROGER BONIFASSI
TRADUCCION: SAUL APOLINAIRE
NOTAS y EDICION: Víctor Guerra

El poder de los cuentos

"Un cuento no tiene nunca un sólo significado, y en cada nivel de
conciencia el significado del cuento es diferente, cada vez que
progresamos en nuestro camino y recordamos o volvemos a oir o leer
antiguos cuentos descubrimos nuevos significados que antes no habíamos visto.

Como viajeros ansiosos de ver una luz a la vuelta del camino, a menudo
andamos de puntillas por el sendero de las palabras, con la esperanza
de reencontrarnos, en el recodo de un pensamiento.
El impulso de contar cuentos parece ser tan viejo como la
civilización y es mayoritariamente reconocida la importancia de la
cultura, y en concreto el papel de la literatura, como forma de
obtener modelos de vida útiles.

Un relato puede comunicar profundas verdades acerca de la vida,
ayudándonos a crear imágenes que perdurarán durante años en nuestra
mente. Los cuentos de hadas, las historias bíblicas, las gestas
heroicas de la historia, o los peripecias de nuestros familiares y
antepasados, contados por un adulto en quien confiamos y por el que
nos sentimos queridos, se convierten, cuando somos niños, en las
primeras experiencias de orden significativo que obtenemos de la
experiencia del pasado. En el ámbito familiar, se muestra de gran
valor para la convivencia, que los mayores puedan expresar sus
sentimientos a través de los relatos, y los más jóvenes tengan la
posibilidad de encontrar respuestas que les ayudan a dibujar su
identidad y definir sus valores. También en los últimos tiempos, la
eficacia de los cuentos para presentar ideas de una manera dramática y
esencial ha impulsado a un gran número de personas y empresas a
utilizarlos, en un intento de mejorar sus niveles de comunicación.
La antigüedad de esos relatos, se remonta a un tiempo más remoto
porque nos han llegado cabalgando en la tradición oral, como los mitos
y las leyendas. Y aún cuando después se van arropando con las
circunstancias históricas y culturales del lugar en que hacen eco,
algunos estudiosos del tema, consideran que están llenos de profunda
simbología. Dice C. Young: "En el inconsciente colectivo del hombre
anidan los arquetipos: estos son como un saber innato, intuición
oscura acerca de las relaciones del hombre con el Cosmos, con los
otros, consigo mismo y con Dios. Este saber o presentimiento es tan
profundo que no logra expresarse sino en símbolos. El lenguaje
racional no es capaz; hay que recurrir al lenguaje simbólico. Estos
símbolos son básicamente los mismos siempre y en todas partes, aunque
en cuanto a sus manifestaciones concretas dependen del entorno
cultural concreto. Aparecen cuentos, mitos, sueños."

Desde la antigüedad, el hombre se ha guiado por arquetipos extraídos
de la Biblia y otros modelos míticos. Con la llegada del Racionalismo
hubo un progresivo rechazo de estos modelos "irreales", sin tenerse en
cuenta que éstos están llenos de soluciones para los conflictos
psicológicos que se plantean en todos nosotros. Lo mismo ocurre con
los cuentos de hadas: el niño, como todo ser humano, se pregunta,
¿quién soy?, ¿por qué estoy aquí?, ¿cómo debo vivir mi vida?; los
cuentos le proporcionan algunas respuestas.

Los mitos, los cuentos y los arquetipos son elaboraciones del
inconsciente colectivo que ayudan a conocernos mejor. Son el legado de
la sabiduría adquirida por las generaciones pasadas sobre su psique,
que entregan a las generaciones futuras. Por ello, deben merecer todo
nuestro respeto y admiración.

Vicente Alcoseri.

Laicidad

Una historia francesa y un significado universal



Ante todo, recordemos que en la constitución del Gran Oriente de Francia el artículo primero dice que la Francmasonería tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto de los otros y de sí mismo y la libertad absoluta de conciencia. Y añade que atribuye una importancia fundamental a la laicidad. Además existe en la obediencia una Comisión Nacional Permanente de la Laicidad (CNPL), lo que quiere decir que, quizás más que otras obediencias, la nuestra está marcada por la laicidad. Es verdad para mí; cuando entré en masonería, sabía por mi padrino que allí, en la calle Cadet, encontraría un lugar dedicado en gran parte a esta forma de concebir la sociedad.



Aquí en España, la noción de laicidad me parece bastante desconocida; lo he visto, cuando he preguntado a personas en mi entorno o cuando he dado una conferencia sobre el tema en la Escuela Oficial de Idiomas. Pero, aquí, en Heracles, logia del Gran Oriente de Francia debe ser diferente; cada Hermano sabía normalmente donde iba cuando solicitó entrar. Pero lo que conozco sobre la instrucción masónica en varios talleres me hace dudar del conocimiento general de los Hermanos sobre la laicidad, su desarrollo y las dificultades de ésta en la sociedad actual. Esto puede parecerse a lo que observamos en general en Francia, país laico desde hace tanto tiempo: si preguntas lo que es la laicidad en la calle la mayoría contestará que es “la escuela pública”. Sabemos y veremos que es eso y mucho más que eso, cada año, el Gran Oriente de Francia propone el estudio de una cuestión sobre la laicidad a todas las logias; me parecería bien y beneficioso para todos que tratemos esta cuestión en Heracles.



El tema es tan rico y amplio, con tantos autores e intelectuales, masones o no, que han estudiado y escrito sobre ello, que es imposible abarcarlo en su totalidad. Hoy, a modo de inicio de un proceso de estudio entre nosotros, he elegido dos entradas para tratar la plancha. Preciso que hablaré sobre todo de mi punto de vista que se enriquecerá con vuestras ideas propias. El subtítulo de la plancha es significativo del plan de trabajo que he adoptado: una historia francesa y un significado universal. La primera parte, histórica, pertenece no sólo a los Franceses sino a todos, incluso si la laicidad se ha creado y desarrollado más allí que en ningún otro país; la segunda es más masónica, mejor dicho más integrada en la identidad del Gran Oriente de Francia, puede ser también una forma de vivir la democracia, una forma de vivir mejor juntos en el mundo entero. En cualquier caso veremos que nuestra obediencia ha influido mucho en la historia de la laicidad.



A modo de recordatorio, os propongo unas definiciones posibles -hay muchas-, de la laicidad:



No he encontrado una definición de la laicidad en los diccionarios españoles (excepto una lacónica en el de la Real Academia que dice: Condición de laico. Principio de separación de la sociedad civil y de la sociedad religiosa), pero sí he visto unas sobre el laicismo, que en francés es más una doctrina que una filosofía o una organización de la sociedad. Julio Casares nos dice sobre esto: “doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad de toda influencia eclesiástica o religiosa”. María Moliner afirma: “cualidad de laico (quizás en el sentido de la Edad Media, esto es, personas bautizadas que trabajaban para la iglesia sin pertenecer al clero). Ausencia de influencia religiosa o eclesiástica en alguna institución, particularmente en el estado”.



Por último, el Larousse propone: “Independiente de las concepciones religiosas o partidarias. Sistema que excluye a las iglesias del ejercicio del poder político o administrativo y en parte de la enseñanza pública”.



La laicidad es más o menos eso, pero para nosotros es mucho más.



Es decir que está noción se ha desarrollado poco a poco, que tiene acepciones diferentes según el país, el origen social y la organización de la sociedad, según también los que están a favor o en contra. Es de todas formas una noción de libertad, de liberación de los dogmas y de tolerancia mutua. Por eso corresponde muy bien a los valores masónicos.



Vamos a ver si la historia puede ayudarnos a acercarnos a la laicidad y a sus raíces humanistas.



Tenemos que tener en cuenta el poder increíble de la iglesia católica en Europa, por ejemplo, y esto, desde por lo menos la Edad Media. Podríamos examinar incluso otras civilizaciones, como la egipcia, la griega, la romana o, por qué no, la india, la inca o la maya. Encontraríamos luchas por la liberación del ser humano contra los poderes políticos y/o religiosos y así descubriríamos, quizás, unas fuentes antiguas de la laicidad.



Si nos acercamos más a la época moderna, nos encontramos con las primeras rebeliones contra el poder del rey o de la iglesia que dieron lugar a varias declaraciones en diferentes países, como la Carta Magna en Inglaterra -contra Juan sin Tierra en 1215- cuyo texto afirma el derecho a la libertad individual, el Edicto de Nantes en Francia -que acepta a los protestantes en 1598, revocado en 1685-,y también en Inglaterra, el Habeas Corpus en 1679 –obligación de presentar a toda persona arrestada ante el juez en los tres primeros días- y el “Bill of Rights” en 1689 -por primera vez pone la ley por encima del rey-, la declaración de los derechos en Virginia en 1776, la declaración de independencia de Estados Unidos en 1776, estas dos últimas precursoras de la Declaración de los Derechos Humanos y del Ciudadano en la Revolución Francesa el 26 de agosto de 1789.



Consideramos esta declaración fundamental, inspirada directamente de las ideas del siglo de “las luces” (siglo XVIII), como el acto de nacimiento de la laicización de la sociedad y de las instituciones francesas.

El 24 de junio de 1793 (año I de la República), otra declaración completó la primera: decretó la preeminencia de la igualdad, proclamó por primera vez el derecho a la instrucción e insistió sobre la resistencia a la opresión y el derecho a la insurrección.

Los revolucionarios franceses –entre los cuales había muchos masones- ensayaron ciertos aspectos de lo que sería más tarde la laicidad; por ejemplo, instituyeron el estado civil, el matrimonio civil, la supresión del presupuesto de los cultos y precisaron que la República no pagaría a ninguno de ellos.



El primer cónsul, Napoléon Bonaparte, futuro emperador negoció un Concordato con el Papa (1801); a la vez, la iglesia excomulgó a los francmasones, acusándoles de ser los responsables de la revolución -lo que es verdad en gran parte-.



En reacción a ello, los masones se alzaron contra los perjuicios del clericalismo a partir de la Restauración -1814 a 1830-. Enarbolaron los principios de la razón, la democracia, el libre pensamiento y la libertad de conciencia, creyendo en el valor emancipador de la instrucción y lucharon contra la influencia de las congregaciones religiosas que formaban a una juventud reaccionaria.



Los políticos más famosos de estos tiempos eran casi todos masones: Alexandre Massol, Jean Macé, Léon Gambetta y, más tarde, Jules Ferry, el promotor de la “escuela pública, gratuita, laica y obligatoria” en 1881 y 1882.

Por fin, después del caso Dreyfus (1894-1906) y de las polémicas que éste levantó, -cuyo punto álgido sigue siendo hasta hoy la famosa carta “Yo acuso” (J’accuse) de Emile Zola en el periódico “L’Aurore”-, las logias del Gran Oriente de Francia se movilizaron para obtener la separación de las iglesias y del Estado. Esto se hará ley el 9 de diciembre de 1905, con el nombre del presidente del gobierno Emile Combes, masón y de Aristide Briand, masón.

¿Qué dice la ley?



Artículo primero: “La República asegura la libertad de conciencia. Garantiza el ejercicio libre de los cultos …”

Artículo segundo: “La República no reconoce, no asalaria, no subvenciona ningún culto. Por ello, a partir del 1° de enero que seguirá a la promulgación de la ley, todos los gastos relativos al ejercicio de los cultos serán suprimidos de los presupuestos del Estado, de las provincias y de los municipios”.



Todavía hoy, la Constitución francesa de 1958 dice “Francia es una República indivisible, laica, democrática y social”.



El 8 de abril de 2013, el presidente de la República François Hollande ha instalado el “observatorio de la laicidad”. Y desde septiembre de este año, una Carta de la laicidad está expuesta en todas las escuelas. Lo que no quiere decir que la laicidad esté instalada totalmente en las instituciones y sobre todo en cada uno de los ciudadanos. Estas decisiones gubernamentales no son más que una manera de recordar y de intentar defender un pilar fundamental de la República; sabemos todos que la laicidad es un valor que puede ser deformado o atacado, incluso por las élites políticas.



Os recuerdo que el ex presidente de la República había aceptado en 2007 ser recibido en el Vaticano canónigo de San Juan de Latrán -una vieja costumbre heredera del concordato de 1801, impensable en un país laico-, y había afirmado que el cura se sitúa por encima del profesor público para educar a los niños. Lo que constituye una denegación de la laicidad. El Gran Oriente de Francia reaccionó con determinación; muchos Hermanos presentaron planchas sobre el tema.



Así pues, fuera del área política e independiente de ella, se necesita todavía nuestra comisión permanente, guardia imparcial de la laicidad verdadera y fuente del pensamiento laico, capaz de oponerse a cualquier desviación. Con esto quiero decir que tenemos que vigilar siempre esta piedra fundamental de nuestro edificio masónico.



Este sobrevuelo por la historia nos explica un poco el porqué de las premisas de la laicidad en aquellos tiempos en los que el poder religioso era exagerado en Francia (y en España u otro país de Europa);



¿Por qué sobre todo en Francia, donde la intolerancia religiosa existía con menos intensidad que en España (o así lo parecía)? Sería olvidar siglos de caza a la herejía, a los que no pensaban como lo imponía el dogma católico. Por ejemplo, la inquisición francesa mató a los Cátaros en el siglo XIII, acabando con el principio de Bernard de Clairvaux “Fides suadenda non imponenda” “La fe debe ser persuadida, no impuesta”. Otros ejemplos, como el de la matanza de los protestantes en el siglo XVII, o el Caballero de la Barre torturado, decapitado y quemado el 1° de julio de 1776 por no haber saludado a una procesión católica y haber leído además el diccionario filosófico de Voltaire. Símbolo de las víctimas de la intolerancia de la iglesia, su estatua se erige cerca de la Basílica del Sagrado Corazón en Paris desde 1897 gracias a masones del Gran Oriente de Francia. Más cerca y personal, me acuerdo de mi abuela paterna, católica hasta la devoción ciega, que decía, segura de lo que afirmaba el cura, que los masones tienen siempre un cubierto preparado en las comidas para el diablo. Existen miles de ejemplos más o menos graves que explican la ola de protesta y de deseo de cambio que se ha desarrollado durante siglos contra el poder de la iglesia y sus excesos hasta “las luces” de los filósofos, la revolución francesa y más tarde la elaboración de la laicidad.



Veis que la historia global de la laicidad se ha desarrollado en muchos países, pero el concepto se ha concretado más en Francia que en ningún otro país.



Para seguir, voy a estudiar algunas ideas sobre la laicidad, su contenido, sus valores hacia su universalidad; ideas procedentes principalmente de Hermanos y Hermanas que analizaron las cualidades y las ventajas de la laicidad en una sociedad moderna, sobre todo en una época donde el hombre débil está cada día más olvidado, maltratado, insultado y aplastado por una minoría de poderosos que se comparten sin ninguna vergüenza la inmensa riqueza acumulada explotando y engañando a los demás. Estas ideas y por consiguiente la laicidad deberían ayudar a los demócratas de verdad (espero todavía que existan algunos) o por lo menos a los francmasones a pensar en una sociedad más justa y más humana.



La laicidad se representa unas veces como una filosofía, o como un pilar de la democracia, una matriz, un principio de soberanía, un valor de la República o un ideal universal de organización y justicia.



Para mí, la laicidad es el conjunto de esas representaciones y sobre todo es un ideal, lo que quiere decir que nunca ha sido una permanencia o un principio inalienable ; no olvidemos que hasta hace poco tiempo fue una utopía. Me parece un buen ejemplo de la posibilidad de transformación de una utopía en realidad. Podemos relacionar el concepto de laicidad a la “utopia como proyecto” de Martin Luther King quien lo explicó tan claramente en su famoso discurso “I’ve a dream” (He tenido un sueño) con un tríptico cercano: más unidad, más igualdad, más democracia.



Para alcanzar la laicidad, podemos partir de la idea de dignidad humana, idea rechazada por los creyentes respecto a los no creyentes -en la historia e incluso actualmente en unos países-, según el principio increíble de la verdad revelada por iconos instalados en sus templos. Para aquéllos, todo infiel no puede ser humano, no tiene consistencia ni derecho; o se convierte a la fe de la mayoría o le quemamos.



Pascal nos dice: “El hombre es una caña, la más débil de la naturaleza, pero es una caña pensante” y “trabajamos en pensar bien, es el principio de la moral” y “toda nuestra dignidad consiste en pensar”.



¿Ahora bien, cómo pensar en una jaula ideológica impuesta, por ejemplo, religiosa? La capacidad de pensar es ciertamente una condición para vivir bien juntos. Pero, sin libertad, no es posible. Es decir que lo primero de la vida es tener la libertad de conciencia, justamente lo que propone la laicidad. Sin esta libertad primera, no vale la pena ir más lejos en una búsqueda de justicia o de democracia. Es lo que confirma toda dictadura que prohíbe el libre pensamiento. Estos regímenes persiguen siempre a los francmasones. La libertad de conciencia es el primer principio del ideal laico desarrollado por la escuela pública a través de la autonomía de juicio y la tolerancia. Así como lo explica Catherine Kintzler, John Locke, precursor de “las luces” tiene también algo que ver con la laicidad. Su carta sobre la tolerancia, escrita en una época en la cual reinaba el miedo de ver al catolicismo imponerse en Inglaterra, considera que el gobierno y la iglesia tienen funciones diferentes y que no pueden estar mezclados. Acepta la presencia de varias religiones, pero excluye de su tolerancia a los ateos que, según él, no tienen una moral y no pueden apoyar a la sociedad, y a los católicos que obedecen a otro príncipe, el Papa. Piensa además que solo podemos autorizar una iglesia que practica la tolerancia. Estamos todavía lejos de la laicidad, pero nos vamos acercando. No entraré en la comparación entre tolerancia y laicidad, ni en los límites y los desvíos de la tolerancia, por falta de tiempo aunque las dos nociones están muy relacionadas. Estoy seguro que otros Hermanos podrán estudiar esta cuestión para pulir un poco más nuestra piedra común.



En el camino de la laicidad, encontramos también a Pierre Bayle (siglo XVII), la gran figura de la primera ilustración. Su contribución fue decisiva al refutar las excepciones de Locke: reivindica la libertad de conciencia, no sólo para los ateos sino también para las religiones no cristianas. Para él, además de constituir un principio moral, esta posición tiene que ver con la razón. Los incrédulos no están considerados como indignos de confianza.



Así nació el segundo principio del ideal laico: la igualdad estricta de los derechos de los ateos, de los creyentes y de los agnósticos.

La revolución francesa va a completar la aserción afirmando que la fe no debe fundar ni hacer la ley. Dos ideas mayores, según Henri Peña Ruiz coexisten en el ideal laico: “la separación entre lo común a todos y lo que pertenece a la libertad individual, el área privada” y “la soberanía de la voluntad que es la fuente de las reglas de la vida común, de la conciencia y de la razón que la ilumina”. La laicidad tiene como referencia y fundamento la cosa común a todos, fuera de las diferencias espirituales. Sabemos que el “bien común”, res publica ha dado el término República. Esta separación algo ficticia entre la esfera pública que permite toda fe, toda creencia, toda manera de vivir en el círculo de la familia o en un núcleo particular con la única condición que no pueda reducir la libertad de los demás, y la esfera pública, abierta a todos, donde la ley protege a cada uno de los ciudadanos y prohíbe, por ejemplo, la existencia de una religión de Estado, incluso atea, es sin duda la idea más fuerte y más creadora de la laicidad. Por desgracia, es también la más discutida y la más criticada especialmente por los partidarios de una religión o una ideología predominante.



Y de esta manera, llegamos al tercero principio del ideal laico: la ley común que tiene como objetivo el interés común, es decir el interés de todos. La ley común es el cimiento de todo lo que es común a todos los hombres y mujeres, o mejor dicho la ley común habla de universalismo, mientras que la creencia religiosa sólo puede pretender ser común a unos seres humanos. Este deseo de universalidad da a la laicidad una dimensión de concordia de todos por encima de sus diferencias; es exactamente lo contrario del encarcelamiento en las diferencias. Es ante todo un principio y un deseo humanista profundo que sostiene la masonería. No queremos imponer nunca nuestros valores; queremos difundirlos en la sociedad convencidos de su poder de construir un mundo mejor.



A mí me parece que la laicidad puede ser ahora el principio común al acceso a una condición mejor para todos los seres humanos, a una sociedad por fin más justa y humana. Cuando millones de niños, mujeres y hombres mueren por causas como el hambre, la sed, la falta de asistencia médica, los efectos de guerra, a menudo presentadas como religiosas, la indiferencia de los privilegiados, incluso nosotros, la unión mafiosa entre financieros y políticos totalmente corrompidos, la emergencia de una sociedad inspirada en nuestros valores masónicos parece un sueño insensato. Para adelantar en este camino realmente masónico, necesitamos herramientas simbólicas para pensarlo en nuestras logias y concretas para imponer pacíficamente el sueño nuestro. Nosotros, francmasones, tenemos por suerte las dos categorías de herramientas: el simbolismo como ayuda y la laicidad como medio. Con una condición imprescindible: hacerlo con individuos que desean “la mejora material y moral, el perfeccionamiento intelectual y social de la Humanidad” o al menos que quieran seguir este camino.



Pero, ¿cómo hacerlo? Sencillamente con el método masónico: conociendo perfectamente y aceptando totalmente la laicidad, los Hermanos y Hermanas pueden y deben mostrar con el ejemplo personal, la palabra y los escritos sus valores y hacer todo para promover el concepto fuera de la logia, tanto en la vida profesional como en los compromisos personales, asociativos, políticos, sindicalistas, … Por eso, me parecería muy interesante enseñar la laicidad en todas sus dimensiones, todos sus posibles desarrollos, todas sus perspectivas y todas sus adaptaciones a nuestros tiempos difíciles y al futuro. Podemos empezar por nosotros mismos en este taller, realizar un proyecto de enseñanza, proponer y compartir los trabajos con las otras logias españolas y después difundir lo mejor posible las ideas contenidas en el proyecto fuera de los templos, por ejemplo organizando conferencias en los institutos, universidades o lugares culturales como los Ateneos.



Para ir un poco más lejos en la aprehensión de la laicidad, voy a echar mano de las ideas de un amigo mío, profesor de historia, ex senador de la República y además defensor incansable de la laicidad y del servicio público a la francesa que no es nada más que una declinación política de la laicidad. Se llama Gérard Delfau. En sus escritos dice que la laicidad no es una doctrina, ni una teoría, ni una filosofía, ni tampoco una sabiduría. No tiene santos, héroes o hombres famosos. Está fuera de todo sistema cerrado y jerarquizado que puede llevar a la opresión. Dice que es un camino hacia lo verdadero; no es una verdad.



Además y para contestar a los detractores, laicidad no es un sinónimo de anticlericalismo; es lo contrario, porque acepta todas las religiones, todas las espiritualidades. No tenemos que resumir la laicidad a la invención de la escuela pública.



Para él, “la laicidad es también un principio jurídico y político de organización de las instituciones, el primero y el único que permita a cada ciudadano el ejercicio pleno de su libertad de conciencia”. Es una moral colectiva y cívica. Es también una cultura, una manera de ser para sí mismo y para los otros, un proyecto de vida.



Y tres frases que para mí dicen mucho de lo que es y lo que puede ser la laicidad: “La laicidad, es la Razón que desconfía de sí misma. Es la ética en su dimensión universal. Es poco y es mucho.”



Estas palabras de un laico profundo pueden servirnos para seguir adelantando en el camino que os propongo del conocimiento y de la práctica de la laicidad.





Antes de concluir, si queremos definir simplemente la laicidad, podríamos asimilar este ideal a un principio constitucional (si está estipulado en la Constitución como en Francia) hecho de:

· La libertad de conciencia

· La separación de las iglesias y del Estado

· La separación de la esfera pública y de la esfera privada

· La neutralidad del Estado en cuanto a las opciones espirituales y su no intervención financiera en este área

· La igualdad de todas las opciones espirituales

· La universalidad de la ley común: igualdad de todos delante de la ley

· La búsqueda de la emancipación del individuo y la formación del ciudadano gracias a la escuela laica gratuita para todos



· La búsqueda del buen vivir juntos.Al fin y al cabo, para concluir, os regalo estas palabras de mi amigo Léon Gambetta, hombre político actual, muy famoso: “Los asuntos religiosos son asuntos de conciencia y por consiguiente de libertad (…) queremos que el Estado nos parezca y que Francia sea el país laico por excelencia”.





HE DICHO, un M.·.M.·.

El cantero (cuento zen)

Había una vez un cantero que estaba insatisfecho consigo mismo y con su posición en la vida. Un día pasó por la casa de un rico comerciante. A través de la entrada abierta, vio muchas finas posesiones e importantes visitantes. "¡Cuán poderoso debe ser el comerciante!", pensó el cortador de piedra. Se puso muy envidioso y deseó que pudiera ser como el comerciante. Para su gran sorpresa, se convirtió repentinamente en el comerciante, gozando de más lujos y poder de lo que siempre había imaginado, pero envidiado y detestado por aquellos menos ricos que él.

Pronto un alto funcionario pasó cerca, llevado en una silla de manos, acompañado por asistentes y escoltado por soldados batiendo gongos. Todos, sin importar cuan rico, tenían que hacer una reverencia ante la procesión. "¡Cuán poderoso es ese funcionario!", pensó. "¡Deseo que pudiera ser un alto funcionario!".

Entonces se convirtió en el alto funcionario, llevado por todas partes en su bordada silla de manos, temido y odiado por la gente de todo alrededor. Era un día caluroso de verano, por eso el funcionario se sentía muy incómodo en la pegajosa silla. Levantó la mirada al sol. Brillaba orgulloso en el cielo, no afectado por su presencia. "¡Cuán poderoso es el sol!" pensó. "¡Deseo que pudiera ser el sol!".

Entonces se convirtió en el sol, brillando ferozmente sobre todos, abrasando los campos, maldecido por los granjeros y los trabajadores. Pero una enorme nube negra se interpuso entre él y la tierra, de modo que su luz no pudo brillar más sobre todo allá abajo. "¡Cuán poderosa es esa nube de tormenta!", pensó. "¡Deseo que pudiera ser una nube!".

Entonces se convirtió en la nube, inundando los campos y las aldeas, increpado por todos. Pero pronto descubrió que estaba siendo empujado lejos por cierta gran fuerza, y se dio cuenta de que era el viento. "¡Cuán poderoso es!", pensó. "¡Deseo que pudiera ser el viento!".

Entonces se convirtió en el viento, llevándose tejas de los techos de las casas, arrancando árboles, temido y odiado por todos debajo de él. Pero después de un rato, se izó en contra de algo que no movería, no importa cuan fuertemente soplara en contra de ella, una enorme y altísima roca. "¡Cuán poderosa es esa roca!", pensó. "¡Deseo que pudiera ser una roca!".

Entonces se convirtió en la roca, más poderosa que nada más en la tierra. Pero mientras estaba parado allí, oyó el sonido de un martillo golpeando un cincel en la dura superficie, y sintió que estaba siendo cambiado. "¿Qué podría ser más poderoso que yo, la roca?", pensó. Bajó la mirada y vio lejos debajo de él, la figura de un cantero.

Cuando la Serpiente tomó la Palabra en una Logia - cuento

Autor anónimo

En cierta ocasión, un hermano masón que hacia la limpieza de su Logia, movió el Ara Sagrada y descubrió que justo debajo de ella existía un agujero.
Debo descubrir qué es esto – se dijo para sí, sorprendido. Cuando se agachó, vio que era un profundo agujero iluminado por una extraña luz. Debo descubrir que es esto y qué hay debajo – se dijo.
Tan pronto como se aproximo más, escuchó un silbido estruendoso y una serpiente surgió del agujero.
El hermano masón salto hacia atrás alarmado. La serpiente era en verdad enorme y emanaba de ella una luz violeta. Ahora voy a matarte dijo la Serpiente, porque me has despertado.
Pero te he liberado – dijo el hermano masón, ¿Cómo puedes pagarme así? Matarme no sería lo mejor.
En primer lugar – dijo el reptil, moviste el Ara Sagrada para limpiar el polvo acumulado debajo, no por ayudarme. ¿Cómo puedes decir depronto “te he ayudado”?
Cuando nos detenemos a reflexionar, siempre debemos tratar de adoptar un comportamiento muy razonable. Seguro tu veneno no me matará, en cambio yo puedo tomarte entre mis manos y asfixiarte –dijo con voz firme el hermano masón.
Tú recurres a la razón cuando piensas que invocarla conviene a tus intereses – dijo la serpiente.
Si – dijo el hermano masón – fui estúpido al esperar un comportamiento razonable por parte de una serpiente.
De una serpiente espera comportamiento de serpiente – dijo el reptil. Para una serpiente, comportamiento de serpiente es lo razonable.
Ahora voy a matarte masón, o bien tu me mataras, no lo sé – añadió la serpiente.
Pero haremos algo – dijo la serpiente. Nos daremos una oportunidad, por años he escuchado lo que se dicen en las Tenidas pero he permanecido en silencio todo este tiempo. Creo que es tiempo de que hable en una de ellas – puntualizó la serpiente.
El hermano masón aceptó y la serpiente se escondió justo dentro de la columna “B” de bronce que es hueca. Los demás hermanos masones comenzaron a llegar al Templo sin sospechar lo que ocurría, sólo notaban el nerviosismo del hermano.
Justo al iniciar la Tenida aparece la serpiente enroscándose sobre el Ara Sagrada, la sorpresa de los hermanos fue enorme, y las espadas apuntaron hacia ella.
La serpiente se incorporó, y pidió ser retejada, a lo que respondió debidamente, y así se le dio plaza entre los hermanos masones.
La serpiente a su momento, pidió la palabra la cual le fue concedida, y fue conducida a la tribuna de la elocuencia, donde expuso que la enemistad entre los Iniciados en los Augustos misterios y la Serpiente nunca de hecho había existido; luego de forma magistral explicó como la humanidad era arrastrada por las imaginaciones y las fantasías, manteniendo al hombre en un estado parecido a la alucinación, del cual le sería difícil pero no imposible escapar.
Terminada la tenida, la serpiente volvió a su lugar justo abajo del Ara Sagrada, no sin antes prometer a los hermanos masones del universo, enseñarles el modo de escapar de los estados inferiores de consciencia.
Y profetizando el fin de las religiones, las universidades y los gobiernos profanos, sustituyéndoles por verdaderas instituciones que ayudarían verdaderamente al ser humano- y agregó que esto ocurriría cuando la humanidad se diera cuenta de que existe otra verdad muy por encima de todo lo que conocemos.
Desde ese entonces, si ponen atención en las Tenidas, se escuchará a la serpiente susurrar a nuestros oídos esas frases de sabiduría.

domingo, 2 de marzo de 2014

CONCEPTOS DE LA MORAL

La MORAL, viene siendo una de las cualidades, propias de toda per­sona que ha sido educada bajo un sistema de Comprensión, de Compara­ción y de Entendimiento de las costumbres humanas, puesto que debemos entender, que la conducta observada por el hombre, dentro del Seno de la Familia, con. relación a sus Amistades o Compañeros y por lo que res­pecta a sus actividades Sociales, traen como consecuencia la ATENCION, Las CONSIDERACIONES y el RESPETO que se merecen todos sus Semejantes; por lo mismo, deben tener un solo apoyo, el de los USOS y el de las COSTUMBRES adoptados por las diferentes Razas que pueblan la su­perficie de la Tierra, pues hay que tomar en cuenta que son precisamente el origen dé los Códigos, de las Leyes y los Reglamentos puestos en vigor en todos los Países del Mundo.

Sin embargo, existe el antecedente de que la MORAL INTIMA o FA­MILIAR, la MORAL PRIVADA o PARTICULAR Y la MORAL SOCIAL o PUBLICA, son principios que muchas veces, se practican de. conformidad con las inclinaciones o los hábitos individuales, propios del medio en que se vive; en cuyo caso, el factor influyente, para llegar a comprender la verdadera finalidad que se persigue para el Perfeccionamiento de los USOS y de las COSTUMBRES humanas, es exactamente la EDUCACION, la CIVILIZACION y el PROGRESO del hombre, en todos sus aspectos Inti­mas, en los Privados y en los Sociales, dentro de cuyo ambiente desarrolla sus actividades.

Desde luego que también hay que tomar en consideración, que las Razas, que aún se gobiernan por medio de las Costumbres propias do los sistemas primitivos de vida, o bien, que se encuentran dominadas o protegidas por determinados regímenes impuestos por la Civilización; y las Razas que se encuentran en el apogeo de su Cultura y del Progreso propio de los Países más adelantados, de seguro que tienen su diferentes CONCEPTOS, sobre lo que es la MORAL en todas sus acepciones; razón por la cual, vamos a proceder a buscar una definición clara y precisa de lo que puede ser esa Cualidad desde su origen.

Para el efecto, ya sabemos que la palabra MORAL, deriva de la Len­gua Latina “MORALIS”, voz que significa Malicie en las acciones huma­nas; se refiere a la Ciencia que trata de la Bondad y del Bien que se practica socialmente; ,es lo que concierne o pertenece a la Ética Indivi­dual; es una Cualidad que no puede ser apreciada por medio de los Sen­tidos del hombre, sino únicamente por el Entendimiento o la Conciencia Humanas; es un factor que tampoco compete al orden jurídico, puesto que pertenece al Fuero Interno; es la base en que se apoya el Derecho de Gentes, dentro de cuyos preceptos se establecen las Prerrogativas Intimas y Privadas del hombre y de los Pueblos; es también el conjunto de facul­tades Espirituales, sobre las que descansa la Libertad de Conciencia en relación con las creencias Religiosas; es igualmente; la sulime inclina­ción que establece a la Libertad del Pensamiento; es la expresión de las Ideas cuya finalidad se refiere al “RESPETO DEL DERECHO AJENO”.

Por lo que se refiere a la Ética Masónica, tal y cual se nos enseña dentro de los preceptos Ritualísticos y Dogmáticos, establecidos por la MORAL COLECTIVA, es indudable que se dividen, corno ya se dijo antes, en MORAL INTIMA o FAMILIAR, o MORAL PRIVADA o PAR­TICULAR ‘y en MORAL. SOCIAL o PUBLICA, lo que viene a definir en forma categórica, a los CONCEPTOS MASONICOS, sobre lo que entraña esa Ciencia, misma que los clasifica en la forma que en realidad se deben interpretar, estableciendo comparaciones con las VIRTUDES HUMANAS, de donde viene su verdadero origen.

En consecuencia, quiere decir que la MORAL INTIMA, es la que se circunscribe únicamente al radio de la. Familia, en consecuencia, consti­tuye la base de todas las acciones humanas; puesto que es precisamente dentro del Seno de. la Familia en donde se manifiesta y se aprende, desde la más tierna Infancia, a adquirir la noción de lo que puede ser la Con­ducta, la forma de portarse con Moderación, a tratar con el debido respeto a nuestros semejantes; y al mismo tiempo, guardarles las atenciones y las consideraciones que se merecen; por ese motivo, el sistema de VIDA, la EDUCACION y la COSTUMBRES que los Padres prodigan a sus hijos, no son sino el REFLEJO mismo de la MORAL INTIMA que se observa por la propia Familia, por lo tanto, ésta es precisamente la razón que pos explica el motivo por el cual cada Individuo, cada Familia, la misma Socie­dad y aun los Pueblos enteros, se distinguen y resurgen practicando sus CUALIDADES MORALES.

Pero aun así, no todos los hijos pertenecientes a la misma Familia, quienes indudablemente reciben las mismas atenciones, los mismos cui­dados y el mismo EJEMPLO de una MORAL INTIMA, saben aprovechar la educación que se les imparte; lo que queda demostrado por infinidad de casos, en los que hemos visto que ni entre hermanos que viven bajo el mismo techo, se observan IDENTICAS CUALIDADES SOCIALES, puesto que su Conducta se manifiesta distinta, al poner en práctica determinadas inclinaciones, o al demostrar la pureza de sus Costumbres; pero esto no quiere decir que no hayan recibido o que no se les haya impartido iguales sentimientos de MORAL y de buena EDUCACION, para que posterior­mente los ostenten al entablar sus relaciones de Amistad; lo que sucede es que el CARACTER del hombre desde NIÑO debe ser también Dirigido y Cultivado en forma Esmerada y Adecuada a sus tendencias, cosa que la mayoría de las veces, NO SUCEDE en las mismas circunstancias para toda una familia.

Las causas o motivos que pueden tomarse en consideración para que los hijos no demuestren haber adquirido una educación preliminar ade­cuada y propia para corregir sus tendencias torcidas o sus malos instin­tos, son las Tres siguientes:

En primer lugar, cuando dentro del seno de la Familia, los niños pre­sencian u observan determinadas acciones intimas o penosas, que los padres no tienen la precaución de evitar en presencia de los hijos, o bien, cuando éstos se dan cuenta de los malos tratos o ejemplos, considerados como fuera de lo normal y de toda Ética más rudimentaria, o que van en contra de las sanas costumbres.

En segundo lugar, cuando los Padres establecen determinadas predi­lecciones, para tratar a los pequeños, o se les proporcionan algunos mo­tivos para que sientan esa especie de CELO INFANTIL, propio de los her­manos, circunstancia que posteriormente les viene a crear un EGOISMO INCONSCIENTE, cuyos lamentables resultados llegan hasta destruir la Armonía Fraternal dentro del hogar. .

En tercer lugar, cuando los hijos son creados, bajo diferentes ambien­tes, o por distintas personas que los colman de consideraciones y los tratan con demasiados mimos, o cuando se desarrollan y se educan dentro de los Planteles Escolares como Internos, desde su más tierna edad, en cuyo caso, la condescendencia para los primeros es palpable; mientras que la rigidez y la disciplina para los segundos, es manifiesta; en consecuencia en ambos casos, la diferencia de predilecciones y de tratos, es indudable que tiende a minar el CARACTER de los Niños.

De cualquier manera, no existen Padres conscientes de la responsa­bilidad que pesa sobre su conciencia, que deseen un MAL para sus des­cendientes, por cuyo motivo, a ellos compete de una manera categórica, impartirles las primeras dotes de MORAL, de CIVISMO y de EDUCACION Social, lo que más tarde tendrán que demostrar, ante el conglomerado en que viva, por lo mismo, no hay más que aceptar, que los hijos vienen siendo el Espejo de la MORAL INTIMA del hogar en que se han creado y for­mado, puesto que son ellos quienes lo REFLEJAN TODO.

Por esa razón la Masonería enseña, cultiva y exige de sus Iniciados, la estricta observancia de la MORAL INTIMA, pero simbólicamente, como si se tratara de vivir, dentro de una CASA DE CRISTAL.

Por lo que respecta a la MORAL PRIVADA o PARTICULAR, es la que se manifesta entre el círculo de Amistades o. eslabones que nos unen con la MORAL INTIMA, ya que indiscutiblemente debemos demostrada, al adquirir las relaciones de Amistad para con los demás hombres, o bien la que se observa entre Compañeros de Trabajo o de Asociaciones parti­culares, cuyo concepto, es precisamente el f-actor que puede guiar a los sentimientos de AFECTO, de CARIÑO y de CORDIALIDAD, hasta adqui­rir las inclinaciones o las simpatías favorables, que permitan estrechar las relaciones de FRATERNIDAD, con las Personas Extrañas.

Pero también existe la MORAL PRIVADA, entre Compañeros de Armas, entre Hombres de Negocios y entre los Mandatarios y Funcionarios Públicos, la que consiste en demostrar una conducta, ajustada exac­tamente según el TRATO, atendiendo a las CONSIDERACIONES, o guardando el RESPETO que se merecen mutuamente; lo que indica, que este género de MORAL, es la que constituye a los irrompibles Lazos de UNION, que debe imperar en el seno de toda Agrupación Particular, en las Ne­gociaciones Privadas y en general, para toda Oficina Administrativa, puesto que, en todo caso, esa misma MORAL debe demostrarse en la realización de las Empresas, de los Negocios y de las Obras Individuales, al mismo tiempo debe hacerse patente, en la conducta de las Personas de cierta representación Popular; y por lo que respecta a los. Funcionarios o Manda­tarios, deben ajustar sus procedimientos o sus actos, a la más estricta ob­servancia de las Leyes, y bajo la MORAL MAS PURA, puesto que su con­ducta, siempre será motivo de CRITICA dentro del conglomerado Social, y con más razón por quienes de una manera directa tienen que ser afectados por las decisiones Superiores, lo que indica que las normas del DERECHO, siempre llevarán como principios fundamentales, a la RAZON, a la. JUS­TICIA Y a la EQUIDAD, cuando el Criterio del Hombre, está obligado a hacer patente en todas sus actividades.

Es así como también la Masonería, procede a formar HOMBES de CARACTER y de VOLUNTAD PROPIA; precisamente porque están lla­mados a responder, con Entereza y Energía de sus actos, así como emitir sus Ideas, a realizar sus Hechos y a ejecutar sus OBRAS. ya que la CORDURA, la MODESTIA y la MODERACION, es la base sobre la que des­cansan sus relaciones para con sus Semejantes. .

Ahora nos ocuparemos de dar algunas explicaciones, sobre la MORAL SOCIAL o PUBLICA, misma que se refiere al trato o a las relaciones Colectivas y a la Vida Pública del individuo, y luego que debemos in­terpretarla, como una necesidad CULMINANTE, tratándose del sentido Ético de la Palabra, ya que sus principios deben cultivarse, hasta lograr que queden arraigados en el Corazón y en la Conciencia de todos los hombres de BIEN; por cuyo motivo la práctica de la MORAL SOCIAL, es una obligación Popular, indispensable para que todo el género humano, pueda adquirir sus conceptos y pueda aquilatar sus opiniones, dentro del orden eminentemente ,Democrático, puesto que se refieren a los preceptos inquebrantables que sostienen a la CONFRATERNIDAD UNIVERSAL y por lo mismo, mantener la PAZ DEL MUNDO, pues debemos tomar en cuenta que sus tendencias Sociales, son las que definen de manera efec­tiva, la EDUCACION CIVICA DE LOS PUEBLOS.

En efecto, la MORAL SOCIAL o POPULAR, es la cumbre de las en­señanzas, con relación a los USOS de las Razas, así como para inculcar el PERFECCIONAMIENTO de las Costumbres Humanas, por lo tanto, constituye a la Ciencia más avanzada, dentro de los sentimientos arraiga­dos en. la conciencia individual; pero al mismo. tiempo, contribuye de una: manera directa, para proporcionar el Bienestar, la Armonía y la Felicidad de los Hombres, pero también forma una de las más potentes Columnas, para él sostén de las enseñanzas del ARTE REAL, puesto que sin la prác­tica de esos, elevados principios, contenidos en la MORAL PUBLICA, jamás podrá existir la Familia ni la sociedad mucho menos las Naciones Libres e Independientes.

Por lo tanto, podemos asegurar que la MORAL SOCIAL, definida por la Filosofía Masónica, viene siendo uno, de sus Temas más preciados, tomando en consideración, que sostiene a esa interminable Cadena, cuyos irrompibles eslabones son los que enlazan la armonía entre todos los hombres, que viven bajo un mismo Ideal, bajo los mismos principios y bajo una sola VOLUNTAD, que es lo que necesariamente debe concurrir, para cristalizar los sublimes sentimientos de UNION, que irremisiblemente nos conducen hacia un verdadero ACERCAMIENTO UNIVERSAL, factor que a la vez, encierra los más elocuentes Preceptos Sociales, que de ma­nera efectiva, se imparten al Postulante, desde que inicia sus primeros pasos, para revelar sus sublimes Ideas, como. hombre Libre e Independiente, re­quisito necesario para ser admitido como miembro de nuestra Augusta Institución.

Consecuentemente, cuando al INICIADO se le franquean las puertas del Templo de la VIRTUD, desde luego que todos esos principios de ALTA Moral, se le manifiestan de una manera palpable, cuando sumida en las más hondas meditaciones, tuvo que contestar a las tres preguntas contenidas dentro de la Plancha Triangular, para luego al final, manifestar su última Voluntad; firmando su testamento; y efectivamente, todas las respuestas emitidas por el Postulante, encierran: la primera un principio de MORALIDAD INTIMA, que consiste en saberse Querer y Respetar, la segunda se conceptúa, como un precepto de MORALIDAD PRIVADA; puesto que se trata de Querer y Respetar a nuestros Semejantes; y a la tercera, se le considera como el Acto más Sublime, en que se hace necesario, manifestar el deseo de Querer y Respetar al Ser Supremo, como creador de todas las cosas que existen en la Naturaleza, así como una Fuente de donde emanan, todas las Creencias Religiosas, que en principio, tienden a modelar a la Conciencia Humana, de conformidad con sus sen­timientos y el concepto que, se tenga sobre la DIVINIDAD, y esto es pre­cisamente lo que nos enseña y nos demuestra, la MORAL SOCIAL PUBLICA.

También estamos en disposición de aportar otras explicaciones, que se refieren a la MORAL SOCIAL o PUBLICA, puesto que en si, viene siendo un resumen analítico, de lo que pueden contener los principios de la MORAL INTIMA o FAMILIAR y de la MORAL PRIVADA o PARTICU­LAR, pues todas sus Máximas se encuentran estrechamente ligadas, por el solo hecho de que establecen los preceptos, cuya elocuencia se manifiesta en los Dichos de que: “No hagas a nadie, lo que no quieras que hagan contigo”, o de otro modo: “Que tu mano izquierda, no vea lo que hace tu mano derecha”, consiguientemente, estos Refranes nos indican, de manera evidente, que nuestra verdadera misión, como hombres de Bien, es la de procurar servir y hacer todo el beneficio posible, a quienes nos rodean, ya que la Ética Masónica, es una Ciencia que se considera entre nosotros, como la más firme base,. para realizar nuestros propósitos, siempre que tiendan a HONRAR a nuestros semejantes; lo que quiere decir, que en, esos consiste la correcta aplicación y comprensión de las enseñanzas, que nos proporciona el AMOR FRATERNAL, sea en lo individual, o colectivamente, pues sólo de esta manera, lograremos ejercitar los preceptos que establecen la AYUDA MUTUA; como una de las cuali­dades tan necesarias para el. hombre, que puede llegar a la realización de las Virtudes Humanas, dentro de sus aspiraciones; cuyo acercamiento es, y será siempre el sentimiento de ALTRUISMO, que nos obliga a ser útiles, sin esperar más recompensa, que la satisfacción de haber cumplido siempre con nuestros Deberes Sociales.

Por otra parte, si dentro del Dogma Masónico, se considera a la MORAL, como una Ciencia que trata de las Costumbres Humanas; quiere decir que también influye de una manera directa, sobre las relaciones que existen entre los hombres, así como para con los Deberes y los Derechos que indiscutiblemente nacen de esos Lazos de UNION.

Al mismo tiempo, podemos interpretar a, los preceptos MORALES, como una especie de convencimiento, de lo que invariablemente deben EVITAR los Seres Racionales, dotados de entendimiento, de talento y de inteligencia, para poder considerar si efectivamente, viven Honesta y Deco­rosamente en Sociedad, para cuyo efecto, no hay más que observar, los siguientes Tres Principios Fundamentales, contenidos en la Filosofía:

Primero, tener la NOCION DEL BIEN, en comparación con lo que es el MAL; Segundo, conocer el Deber o la Obligación que contraemos, para practicar siempre el BIEN, y EVITAR por todos motivos a la MALDAD; y Tercero, saber distinguir los MERITOS, para poder calificar al DEMERITO, cualidades todas que nos proporcionan la firme creencia de que: quien OBRA BIEN, es indudable que se hace acreedor a una recompensa o a un premio; pero en cambio, para el que OBRA MAL, es seguro que se hace merecedor al castigo correspondiente, según la magnitud de su FALTA.

En consecuencia, llegamos al convencimiento de que: el primero de estos preceptos, se define claramente por medio de la Filosofía: el se­gundo se considera como una conveniencia Política; y el tercero, puede conceptuarse como un factor propio y definido, dentro de las Religiones.

Mientras tanto, para que la Ortodoxia Masónica, en sus principios MORALES, acepte una sola ETICA UNIVERSAL, aplicable a todas las Razas, a todas las Costumbres y a todas las Inteligencias, se hace necesario que vaya de acuerdo, con la NATURALEZA DEL HOMBRE, pero siempre y cuando sus preceptos fundamentales, se distingan por medio de la aplicación Definida, Correcta y Concreta de los USOS y de las COSTUMBRES PARTICULARES de los Pueblos, sin cuyo requisito resul­ta, que ninguna Ciencia es, ni puede ser, sino el Fruto mismo de la experiencia que dentro de la vida, adquiere la NATURALEZA HUMANA, con relación al medio en que desarrolla el Hombre desde su INFANCIA.

Por ese motivo, la Ciencia de las Costumbres, para que sea útil, se­gura y efectiva dentro de las actividades individuales o colectivas, debe consistir en una CONTINUACION o en un ENCADENAMIENTO ininte­rrumpido, de experiencias inviolables y reiteradas, para que puedan con­ducimos hacia el verdadero conocimiento de los UNICOS LAZOS DE UNION’ y FRATERNIDAD, que existen entre los Seres que forman la Especie Humana. .

Finalmente, la Iconografía, conceptl1a a la MORAL, como una de las bases fundamentales en que se apoya el Simbolismo, cuya Alegoría la representa, por medio de un Libro, de un Freno y de una Regla; el primero, como el emblema de la LEY; el segundo, como el símbolo de la EDUCA­CION; y el tercero, como alegó rica de las COSTUMBRES DE LAS RAZAS; pero también se le ha llegado a representar, mediante la figura de una Hermosa Mujer vestida de blanco; en este caso, se le conceptúa como una expresión de la INOCENCIA de la PUREZA, aun cuando en ocasio­nes se le ha hecho alegórica, de la MORAL, bajo la arrogante efigie de la DIOSA MINERVA: Por último, se nos presentan los antiguos preceptos sobre la LEY MORAL, cuyos principios; por su propia conveniencia, debe acatar y propagar el Masón, aunque con la condición de que jamás debe limitar su acción; tal y cual lo establece el Decálogo de Moisés, entre cuyos precep­tos, los Escritores Eclesiásticos prácticamente la han restringido, como una enseñanza benéfica para sus adeptos, puesto que en ellos se les asegura, que la LEY MORAL, es la VOLUNTAD DE DIOS, relacionada con las costumbres humanas; sin embargo, tal aseveración contrasta, con las Vir­tudes que emanan dada Educación, que ha comprendido el Talento y que ha comparado la Inteligencia del hombre, con los diferentes aspectos en que viven las distintas Razas que habitan la Superficie de la Tierra.

Consecuentemente, todo lo que se OPONGA, y ,todo lo que DESVIE El camino recto, que ilumina la LUZ NATURAL DEL ENTENDIMIENTO HUMANO; es seguro que está en contraposición con la MORAL SQCIAL o PUBLICA, y desde luego, no hay más que rechazar categóricamente, esos principios opuestos a la VIRTUD, para buscar los que fomentan el acercamiento de las Relaciones de AMISTAD, o los que se consideran como una norma de orientación para la conducta de todos nuestros her­manos, puesto que, su característica principal, consiste en lograr; la realización de su Magna Obra, conceptuada como una LABOR NETAMENTE UNIVERSAL.